Cuando llega el otoño y bajan las temperaturas, muchos dueños de mascotas creen que es momento de relajarse con la desparasitación. Sin embargo, el otoño no es una época libre de parásitos. Aunque algunos insectos disminuyen su actividad, otros aprovechan las condiciones templadas y húmedas para seguir activos y poner en riesgo la salud de tu animal.
¿Por qué el otoño sigue siendo una época de riesgo?
El clima otoñal —con días suaves, lluvias y humedad— crea el ambiente perfecto para que pulgas, garrapatas y parásitos intestinales sigan reproduciéndose. Además, muchos animales pasan más tiempo en interiores o en parques húmedos donde las larvas y huevos pueden sobrevivir más tiempo.
En esta estación, los parásitos encuentran refugio en camas, alfombras, mantas o jardines húmedos, lo que facilita los contagios tanto entre mascotas como hacia los humanos.
Principales parásitos del otoño
- Pulgas
Aunque su actividad máxima es en verano, las pulgas siguen reproduciéndose si hay una temperatura templada (entre 18 y 25 ºC). Sus huevos pueden permanecer en el ambiente durante semanas y eclosionar cuando las condiciones vuelven a ser favorables.
Riesgo: provocan picores intensos, dermatitis alérgica y pueden transmitir tenias. - Garrapatas
Son especialmente activas en otoño, sobre todo en zonas de campo o parques con hierba alta.
Riesgo: transmiten enfermedades graves como la ehrlichiosis o la babesiosis, que afectan a la sangre y al sistema inmunitario del animal. - Parásitos intestinales (lombrices, giardias, coccidios…)
Sus huevos pueden estar en el suelo, el agua o en restos de heces de otros animales.
Riesgo: causan diarreas, vómitos, pérdida de peso y, en casos graves, anemia o deshidratación. - Ácaros y piojos
Con el cambio de pelo típico del otoño, los ácaros encuentran un terreno perfecto para instalarse en la piel o en los oídos.
Riesgo: provocan picor, heridas por rascado y, en algunos casos, infecciones secundarias.
Riesgos para tu mascota (y también para ti)
Además del malestar que causan, muchos parásitos son vectores de enfermedades que pueden afectar también a las personas (zoonosis). Por ejemplo, las tenias o ciertos protozoos pueden transmitirse al ser humano si no se mantienen las medidas de higiene y prevención adecuadas.
Una infestación de parásitos no tratada puede causar en tu mascota:
- Pérdida de peso y apetito
- Picores y heridas en la piel
- Anemia o debilidad general
- Problemas digestivos
- Estrés y alteraciones del comportamiento
Consejos para prevenir parásitos en otoño
- Mantén la desparasitación todo el año
Consulta con tu veterinario qué productos son los más adecuados según la especie, el peso y el estilo de vida de tu mascota.
Los tratamientos antiparasitarios deben aplicarse de forma regular, no solo en verano. - Revisa el pelaje después de los paseos
Pasa un cepillo o una toalla húmeda, especialmente si ha estado en zonas con hierba, campo o parques. - Lava y aspira con frecuencia
Las camas, mantas y sofás pueden albergar huevos de pulga o larvas invisibles. - Controla también el interior
Los parásitos no solo están en la calle: pueden entrar en casa en la ropa o el calzado. - Desparasita también a gatos y animales de interior
Aunque no salgan al exterior, pueden contagiarse a través de otros animales o del propio entorno.
El otoño no es un descanso para los parásitos. Mantener la desparasitación activa durante todo el año es la mejor forma de proteger a tu mascota y a tu familia.
Si tienes dudas sobre qué producto o frecuencia es la más adecuada, consulta con tu veterinario: cada animal y cada entorno requieren un plan de prevención personalizado.