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Muchos de los defensores de la dieta Barf se basan en los resultados de las investigaciones del doctor Francis M. Pottenger, en la década de los años 30. Pottenger realizó el que sea, probablemente, el mayor estudio sobre alimentación en gatos.

Durante 10 años alimentó a 900 gatos con 4 tipos de dietas. Aunque su objetivo original no eran los gatos, sino valorar la dieta occidental que el hospital daba a sus pacientes.

 

 

El doctor registró y documentó fotográficamente sus conclusiones. Entre ellas, afirmaba que los gatitos del grupo 4 no presentaron enfermedades crónico-degenerativas. Además, envejecieron con salud y murieron a una edad avanzada. Mantuvieron la anchura de su rostro, dientes uniformes y sanos, piel lustrosa y poca pérdida de peso. En cuanto a su actitud psicológica, se mostraban sociables y amistosos. Apenas sufrieron abortos y eran resistentes a las infecciones, parásitos y alergias. Sus crías se mantuvieron sanas durante las cuatro generaciones que abarcó el estudio.

Los gatitos del resto de grupos que eran alimentados con la misma comida cocida de los pacientes desarrollaron enfermedades. Durante la primera generación mostraron enfermedades crónico-degenerativas. Entre ellas, alergias, artritis, cáncer, cardiopatías, tiroides, hígado, caries, riñón y osteoporosis. La segunda generación mostró las mismas enfermedades pero con mayor severidad. En la tercera generación la mayoría de gatitos nacieron enfermos y murieron a los seis meses. En la cuarta generación tuvo que detener el estudio porque los gatos resultaron estériles y no podían reproducirse.

Francis M. Pottenger. www.thebodyhealth.com

También se generaban cambios morfológicos. Entre ellos, estrechamiento del cráneo y dentición amontonada, cambios esqueléticos con huesos más alargados y menores niveles de calcio. El Dr. Pottenger escribió que estos gatitos mostraban toda clase de alergias, estornudaban, tenían respiración sibilante, eran irritables, nerviosos y casi no ronroneaban. Pesaban un 20% menos que los gatitos sanos y su piel estaba áspera y pobre.

Resulta, cuanto menos significativo que los gatos que no habían sido alimentados con crudos, presentaban las mismas enfermedades habituales hoy en humanos
El Dr. Pottenger dejó escrito que en la nutrición había sustancias claves y fundamentales reactivas al calor. En aquel momento poco se sabía de las enzimas y de la necesidad de la taurina en gatos. Precisamente es esta substancia la que se ve afectada.